Transportaban
sacos que escogían al azar. Subían con ellos a sus espaldas 50 o 60
veces al día. La única forma de descender un plano inclinado era
corriendo porque si te parabas, te caías.
Nadie
era esclavo de nadie. La esclavitud era ser rico. Y para hacerse rico,
se necesitaba encontrar oro. En la mina escogían un saco en el que
podría o no haber oro. Ese saco escondía la libertad. Se jugaban la
independencia.
Esas
fueron algunas de las escenas que fotografió Sebastián Salgado en las
minas de oro de Brasil y que forman parte de la historia de la
humanidad. Estas imágenes son desgarradoras y muestran una realidad
desconocida que de no ser por este viajero inquieto y sensible al
sufrimiento ajeno, seguiríamos sin percibirla.
El documental de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado, titulado La sal de la Tierra,
muestra las pericias de Salgado, quien con gran sensibilidad captaba
con su lente las interioridades de la condición humana. Conflictos
internacionales, hambruna, migraciones.
Salgado
viajaba a los lugares más recónditos de los cinco continentes y
convivía con todo tipo de personas, siendo uno más, padeciendo,
sufriendo y siguiendo los pasos de la humanidad en continua evolución. La sal de la Tierra
cuenta la historia de cómo pasó de ser un fotógrafo social mostrando
las más grandes miserias humanas, los más grandes crímenes contra la
población, las luchas por poder, dinero y territorio de pueblos y países
enteros a realizar lo que Salgado considera su mayor obra "Génesis", la
cual es una oda a la naturaleza y a la creación.
Es
un audiovisual para salvaguardar porque contiene fotografías de valor y
belleza incalculable y nos deja un legado de que todo cuanto el hombre
se proponga en la vida lo puede alcanzar.
0 comentarios: